dijous, 2 d’abril del 2015

La escolarización de niños con autismo permite mejorar sus capacidades comunicativas, verbales y sociales



La Vanguardia
Barcelona. (ACN).- La escuela inclusiva debería garantizar la presencia, el aprendizaje y la participación de los niños y niñas que tienen algún tipo de dificultad.
 El autismo es una y en Catalunya sólo el 34% de los niños diagnosticados están escolarizados en centros ordinarios. El programa Construim capacitats de la asociación Aprenem, ha permitido que hasta 44 niños y niñas reciban ayuda a los centros ordinarios con personal externo. Los resultados demuestran que mejoran las capacidades comunicativas y sociales. Asimismo, sus compañeros, crecen con más valores y asumiendo las diferencias como normalidad. Por ello, Aprenem alargará el programa y reclama un compromiso para que el sistema público garantice esta atención especial.

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Biel tiene 3 años y cursa P3. Por la mañana, su abuela le lleva hasta la clase, donde se encuentra con la maestra y los otros 19 compañeros del grupo, así como también con una psicóloga que la acompaña la mayor parte del tiempo en que Biel está el escuela. Y es que Biel fue diagnosticado con el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y por su complejidad, necesita algunos soportes especiales. Sin embargo, está escolarizado en La Salle Comtal de Barcelona, una escuela ordinaria, porque sus padres apostaron firmemente por el que se llama la escuela inclusiva.
Emili Navarro, el padre, es también profesor del centro y explica que, cuando detectaron que Biel no reaccionaba como estaba previsto a algunos estímulos lo llevaron al CEDIAP con lo empezaron a tratar. En la guardería se le destinó un apoyo especial específico sin la ayudaba en todo momento. Pero Emili reconoce que los verdaderos problemas han llegado a la hora de acceder a la escuela ordinaria. Explica que a la hora de buscar el centro por su hijo todo eran buenas palabras hasta que les hablaba de las necesidades educativas especiales que tenía Biel. Entonces, los diferentes centros excusaban y aseguraban que las Unidades de Apoyo Educativo (USE) estaban llenas de modo que no habría espacio para atender el niño.
Fue entonces cuando Emili se dirigió a la asociación Aprenem, que agrupa a unas 300 familias con hijos autistas, y conoció el proyecto Construim capacitats, una iniciativa de los últimos 4 años que ha permitido la entrada a los centros públicos y concertados, de personal externo, para poder hacer el seguimiento de los niños con TEA pero integrados en una clase ordinaria. Así, una psicóloga se encarga del Biel mientras está en la escuela, y en algunos ratos, le ofrece atención personalizada en una sala creada especialmente para la ocasión.
El proyecto, cuenta con la colaboración del Departamento de Enseñanza pero no con su financiación y han sido las familias o los fondos conseguidos por la asociación, quien ha asumido el coste de este apoyo externo. El esfuerzo económico de Emili y su pareja, pues, ha permitido que Biel pueda empezar P3 en una escuela ordinaria pero también ha implicado el mismo centro, el profesorado y la dirección, que ha puesto las facilidades para la adaptación sea lo más fácil posible y sobre todo, lo más idónea.
Por eso, para empezar, se ha trabajado con la formación de los maestros relacionados en el proyecto y que tienen que tratar con el Biel, y los otros dos niños autismos escolarizados en el mismo centro. Con esta formación se ha dado recursos para que los docentes puedan trabajar de manera más eficiente con un niño que no se comunica verbalmente y que, a diferencia de sus compañeros, no atiende a órdenes. Además, se ha adecuado el espacio para que todo sea más fácil. Así, por ejemplo, se han potenciado las pictogramas para que aprenda a través de las imágenes, que está demostrado que la información visual les facilita las cosas, y se han implantado las tabletas y los displays como herramientas didácticas que está comprobado que ayudan los niños con TEA.
Emili reconoce que está muy contento de todo lo conseguido hasta ahora. De hecho, no tira la toalla y quiere que Biel aún pueda sacar más provecho de esta situación. Valora mucho la implicación del equipo docente del centro y el hecho de que Biel esté escolarizado en un centro ordinario les da "tranquilidad". Por ejemplo, da una importancia capital en el plan individualizado que se ha hecho para Biel y destaca que en todo momento, los padres son partícipes de este plan.
Aparte de las ventajas que supone para su hijo, a nivel comunicativo y social, Emili destaca que la presencia de un niño con autismo, o cualquier otra dificultad, en un aula ordinaria es positivo para los otros niños. Defiende que estos niños y niñas logran "más valores, más respeto, más responsabilidad" y por lo tanto, es una ventaja. Recuerda que los pequeños son "inclusivos por defecto" y que si crecen viendo la diversidad, formará parte de sus vidas y por lo tanto, no les sorprenderá. Por Emili, si el objetivo es llegar a construir una sociedad inclusiva, esto, se debe trabajar desde la escuela para que ningún niño le sorprenda encontrar por la calle a una persona con TEA.
Las mejoras comunicativas y sociales, entre las ventajas de la inclusión
Los cuatro años de Construim capacitats han permitido hacer un estudio a la asociación Aprenem que defiende la escuela inclusiva como única herramienta para afrontar trastornos como el autismo. Durante estos años, han formado parte del proyecto 44 niños y niñas con TEA y 40 centros escolares, y desde su experiencia extraen que en un 82% de los casos se mejoran las habilidades comunicativas y de comprensión, y en un 53% mejora el repertorio de vocabulario. Hasta un 94% de los niños y niñas, consiguen comprender instrucciones cotidianas.
Desde Aprenem también defienden que los niños escolarizados en centros ordinarios reducen en un 53% los rituales obsesivos, y en un 47% aumentan la capacidad de gestionar los cambios autónomamente. Socialmente, también experimentan mejoras, y por ejemplo, un 88% de los casos demuestran que la escuela inclusiva potencia el sentimiento de pertenencia al grupo clase, en un 82% de los casos se refuerza el vínculo con los adultos y en un 76%, las relaciones entre iguales.
Con estos resultados, la asociación Aprenem alargará un año más la prueba piloto pero reclaman el compromiso de la administración para potenciar la inclusión de estos niños en la escuela ordinaria. Definen la inclusión como la presencia, la participación y el aprendizaje y para ello, piden sobre todo formación para hacer que la inclusión, tal como reconoce el Emili, "no sea un objetivo, sino la herramienta".
Consideran que se necesitan más recursos ya que, según los últimos datos publicados por el Departamento de Enseñanza, correspondientes al curso 2011-12, sólo el 34% de los niños y niñas diagnosticados con autismo están escolarizados en centros ordinarios, lo que supone 745 niños de los 2.173 diagnosticados. Coincidiendo con el Día Mundial de concienciación sobre el Autismo que se celebra este jueves 2 de abril, desde la asociación también alertan de que el TEA es un trastorno cada vez más frecuente. En España, la incidencia actual está fijada en un caso cada 150, lo que supone 350.000 casos, pero en Estados Unidos, los últimos estudios aseguran que 1 de cada 68 niños tiene autismo.

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